viernes, 9 de septiembre de 2011

Lucía´Vallejo


The sound film man

                                                                              Walter Murch

Cuando  nos informamos acerca del cine, vemos que siempre son nombrados los directores, fotógrafos, actores, etc. Pero es poco frecuente que un sonidista aparezca en esta lista de artistas.

Sin embargo, Walter Murch es una excepción a esa regla. Ya que es un hombre muy solicitado para  llevar a cabo este servicio artístico.

El trabajo de Murch ha sido mostrado, como capaz de realzarse y conducirnos a lo largo de la película. Utilizando la tecnología solamente como un camino, para explotar la creatividad innata. Este artista, dice que lo principal a la hora de hacer un buen sonido, es la flexibilidad de los instrumentos de trabajo. Deben adaptarse a las necesidades de quien los utiliza. Hoy en día se han logrado ciertas comodidades, como la capacidad de borrar  con una computadora algo que está mal o simplemente que al sonidista no le agrada.



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Randy Thom

Se dice que cuando se contrata a un sound designer se espera absolutamente todo de él. Ya que muy pocos directores y técnicos se preparan en conocimientos básicos de sonido. La física es un pilar fundamental en esta disciplina del cine y muy poca gente esta mínimamente empapada de este tipo de conocimientos.

No hay tiempo para el director,  de diseñar y pensar el sonido. Es por eso que siempre se contrata a los mejores sonidistas, a aquellos que tienen los mejores equipamientos y conocimientos del tema. Un director aspira a que el mejor y más grande sonido, esté en su película. Y debido a eso cae una gran presión, sobre este técnico tan dejado de lado.

El autor de este artículo aclara, a pesar de su importancia, que el sonido no es lo más interesante de una película; a pesar de que sea diseñado por un genio del rubro.

Luego se habla de que el cerebro humano divide en jerarquías la parte visual y auditiva. Se refiere específicamente, que al ver una película nos detenemos por razones obvias más en la imagen que en el sonido. Es por eso que tendemos a no usar al cien por ciento nuestros oídos.



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