Mariana Kruse

Mirar el sonido, escuchar el silencio         "Mirar" una película sólo a través de su sonido, y después invertir – ver la imagen sin su respectivo sonido - es un ejercicio interesantísimo... a pesar de que cada uno con sus características propias, obviamente.      Mirar sin sonido es un poco aburrido. La sensación de vacío de algo es muy grande y  se siente de manera muy molesta. Es interesante también, porque nos hace imaginar relaciones. Pero en general después nos damos cuenta que no existen o como son los hechos, de hecho! Cuando sólo escuchamos el sonido de una película eso no pasa, porque sus características vuelven más difícil sacar conclusiones de las relaciones que imaginamos. Y por eso mismo me parece una experiencia más rica.      Los sentidos se agudizan y los significados se multiplican. Escuchar sin ver me pareció mucho más fuerte. Pasamos todo el tiempo intentando relacionar y dar sentido a todo que se escucha. ¿Son acciones de la misma persona? ¿Pasan en el mismo ambiente, misma locación? Es inevitable. Y por eso mismo la imaginación vuela y ningún ruido, por más corto o bajo que sea, pasa desapercibido. Los silencios son agobiantes y provocan una tensión que acompañados de la imagen es en la mayoría de las veces inexistente. Pero no sentí que "faltaba algo". Fue una experiencia tan completa por si misma que me pasó por la cabeza si no podemos crear un nuevo tipo de cine: ¡el cine sonoro! Porque el arte sonoro (hablando en términos de las llamadas "bellas artes") ya existe y bajo mi punto de vista es una de las creaciones más inventivas del arte pos-moderno.